Mirándome
en el Espejo me Pregunto, ¿Qué Veo?
1. ¿Veo la felicidad en si misma?
2. ¿Veo el deseo de vivir la vida de
otra hermana o persona?
3. ¿Veo quien en realidad soy?
4.
¿Quién soy?
Introducción
Las hijitas del Altísimo se
hacen estas preguntas y se maltratan a sí mismas día a día. Muchas hermanitas, lamentablemente, no son felices con sí misma.
No le gustan sus apariencias; se miran en el espejo y comienzan a maltratarse: soy fea, ay mi nariz, pero que labios tan grandes o pequeños, estos dientes no me dejan regirme, el color de mi piel es muy…, mi tamaño es muy…, este cabello me tiene mal…. Esto y mucho más escucha el espejo todos los días y noches.
¿En
algún momento hemos pensado que dicen los espejos—todos—alrededor
del mundo sobre esta realidad?
Si el espejo pudiera hablar por
seguro que nos contestara todas estas preguntas y hasta antes de nosotros preguntarlas porque ya está acostumbrado a escuchar las mismas
preguntas basadas en el bajo (indigno, inferior, apagado) estima (aprecio, amistad, respeto, opina) contra sí misma todos los días y hasta más de 100
veces al día. ¡Si! Piénselo bien, esto es gracioso, pero, lamentablemente y lastimosamente este
comportamiento o mala costumbre es indiscutiblemente real en las hijitas del
Altísimo, aparte de que es muy
peligroso para nuestra salvación.
Digo que esta forma de pensar hacia sí misma es muy
peligroso y hasta nos bloquea en cuanto a nuestra identidad espiritual la cual
tenemos que aumentar, y continuamente buscar ser al imagen de nuestro Salvador
y no al imagen que Satán ha puesto en frente de nuestros ojos y oídos por medio
las revistas, novelas, películas, comentarios, la televisión y todos los medios
electrónicos, misiones y proyectos publicando y anunciando el bajo estima,
vanidad, confusión, enemistad y turbación contra si misma todos los días y sin
pausa.
¿Quién Debe Ser Nuestro Espejo?
La identidad es nuestra identificación
que muestra quienes somos, y debe ser a la semejanza del quien le pertenecemos.
La identidad debe tener el parecido
del dueño y la afinidad del autor para poder
mantener la unión y la unidad en tal Inventor o Genio: el cuál es nuestro Hacedor, Todopoderoso,
Altísimo y Salvador.
Para ser a la semejanza o copia del Mesías, tenemos que escudriñar sobre
Su carácter y Sus ejemplos, es decir, tomar un vistazo (examen) a Su comportamiento, Sus atributos, Su lema, Su naturaleza, Sus cualidades, Su manera de ser, Su conducta, Su actitud, Su táctica, Su temperamento, Su personalidad, Su humor, Su calidad, Su tendencia, Su inclinación, Su aptitud y Su capacidad, y no ser diferente a lo que descubrimos.
Aunque Yahshua no era nada atractivo, humanamente hablando, el atrajo muchos
hacia Él, incluso a nosotras.
No
había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo y nada en
su apariencia lo hacía deseable. (Isaías
53:2)
Nosotras tenemos que esforzarnos a ser a Su
semejanza y cuando llegamos a la sanidad y liberación de nuestros sentimientos
y emociones, entonces estaremos en paz con sí mismas y no más maltratando a la persona
que está mirándonos en el espejo—a sí misma.
Cuando esto se realice, seremos a la semejanza
del Mesías y el espejo nos estará diciendo:
“Que bella eres porque eres:
El espejo
de las mujeres creyentes es la Palabra del Padre Celestial. La Palabra es el espejo del alma (espíritu); todo lo que nosotros somos se ve ahí—, lo bueno para glorificarlo y lo
malo para ser liberadas y purificadas. La
Palabra es nuestra escala: nos enseña cómo hablar, como contestar y como
expresarnos. Nos dice cómo debemos:
peinarnos (no
con el pelo encrespado), como vestirnos y no llamar
la atención porque debemos ser sencillas.
- Estoy hecha a la imagen del Creador. Génesis 1:26-27; 5:1; 1 Corintios 11:7; Colosenses 11:15
- Somos hijitas de Sara—bellas como ella. Génesis 12:11
- Somos hijitas de Rebecca—bellas como ella, y vírgenes puras por el sacrificio del Mesías porque estamos en Su purificación por medios los sufrimientos. Génesis 24:16; Romanos 5:3; 8:17
- Somos hijitas de Rut—con el carácter de nobleza y valentía. Rut 3:11
- Somos damas de honor por nuestra bondad. Proverbios 11:16
- Constantemente edificamos nuestros hogares sometiéndonos y hablando palabras de aliento y paz. Proverbios 14:1
- Tememos a Yahweh. Proverbios 31:30 [El espejo no nos muestra que tememos a Yahweh, solo muestra nuestras faltas.]
- Somos inteligente y bellas como Abigail, Ester/Hadasa. 1Samuel 25:3; Ester 2:7
- Espiramos ser como Ana la cual oraba y ayunaba por el pueblo constantemente en la casa de Yahweh—día y noche sin cesar. Lucas 2:36-38
- Espiramos tener la capacidad de líder como Débora. Jueces 4:4
- Ser un discípulo siempre haciendo cosas buenas ayudando al pobre como Tabita/Dorca. Hechos 9:36
- Justa como Elizabet. Lucas 1:5-6
- Con el favor del Eterno como Lea aunque no fue amada por su esposo como amaba a su hermana. Génesis 29:31
- Ser liberadas de todas las cadenas, demonios y estilo de vida pecaminosa como Miriam, llamada Magdalena. Lucas 8:2
- A los pies del Mesías como Miriam y obradora como su hermana, Marta. Lucas 10:38-39
- Ayuda idónea (adecuada, capacitada, hábil, suficiente, calificada, favorable, satisfactoria, conveniente, conforme, capaz, inteligente, dispuesta, apta) y madre como nuestra madre Eva. Génesis 2:18, 23-25; 30:20
Conclusión
Ya
tenemos la idea en cómo nos ve nuestro Amado.
Aunque no somos perfectas no dejaremos de animarnos en hacer tal como
nuestro Amado Yahshua y tal como Él quiere que seamos.
Somos
bellas y totalmente útiles en nuestros hogares, en nuestro trabajo, en la
Congregación, y en todo lo que hacemos en nuestro peregrinaje, en la
purificación hacia nuestra santificación, para lograr entrada a la maravillosa
vida eterna donde esta nuestro Salvador con los brazos abiertos, danzando,
lleno de jubileo, con una sonrisa grande y abundantemente invadido con amor en
Sus ojos cuando nos vea a la puerta de Su morada—Él estará envidándonos con Su
mano haciendo la señal de entrada y bienvenida a Mi casa/tu casa por toda la eternidad.
Hermanitas,
ahí estarás tu y yo – con la ayuda de nuestro Amado Yahshua. Haleluyah.
Ahora, mírate en el espejo y decir, “cuando
miro en el espejo puedo ver a mi Consejero Admirable, Yahweh Fuerte, Padre
Eterno, Príncipe de Paz (Isaías 9:6) mirándome y si solo reprendo
la voz negativa del maligno poniendo palabras y pensamientos de destrucción
hacia mí misma, entonces podré escuchar las Palabras y los Pensamientos constructivos
y llenos de amor hacia mí porque Yahshua está en mi—Él completa mi identidad.
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¿Qué dices?
“Espejo engañador,
ya basta con las mentiras y los engaños contra mí.
¡Yo soy hija del Todopoderoso y hecha en Su semejanza!”
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No
temas, porque no serás avergonzada. No
te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no
recordarás más el oprobio de tu viudez
(soledad, desamparo).
Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es Yahweh Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; Elohim de
toda la tierra es su nombre! (Isaías 54:4-5)
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Shalom
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