Monday, August 5, 2013

LA ÉTICA DEL PERDÓN, ES EL OLVIDO—LA CLAVE—LA LLAVE PARA LA VIDA ETERNA

Donde se Encuentra el Fruto de la Manifestación del Amor hay Perdón y Donde hay Perdón, hay Olvido del Mal

(Para la Mujer que Continuamente se Acerca al Padre Celestial)

Hermanitas, podemos reconocer que todas somos pecadoras y redimidas por la Sangre Preciosa de Yahshua el Mesías (Jesuscristo). De la misma manara confesamos que el Padre Celestial nos amó tanto y envió a Su Amado Hijito, Yahshua (Jesús), para que en Él todos nuestros pecados sean perdonados.
Por igual concluimos que nuestro Amado tiene mucho amor hacia nosotras y diariamente continúa amándonos. Incluso, captamos que Su amor está envuelto en una infinita alegría cada nuevo día hacia nosotras, y que Su amor y paz está rodeado con Su misericordiosa, con Su paciencia y con Su tolerancia en Su trato hacia nosotras. Francamente, no somos fáciles; a veces no escuchamos Su voz y hasta nos despistamos de vez en cuando, pero aun con todas estas faltas, Él es todo amable, todo bueno y todo bondadoso con Su trato hacia nosotras ya que no deja de bendecirnos cada nuevo día y noche con Su inmensa protección y abundante provisiones. 
Él tiene confianza en nosotras puesto que pone tesoros en nuestras manos; tales como nuestros esposos, nuestros hijos, bendiciones terrenales y revelaciones, visiones y dones espirituales. ¡Qué fidelidad tan grande Él tiene hacia nosotras! ¿No lo crees? Por tanto, no nos olvidemos de Su humildad hacia Su trato con nosotras; porque no es oculto que pecamos, que no somos totalmente obedientes, que a veces pensamos y creemos incorrectamente, que fallamos en amarnos unas a otras, y que tenemos nuestro propio domino constantemente batallando contra nuestro espíritu porque no quiere someterse a la perfecta voluntad de nuestro Creador. Por lo tanto, nos revelamos contra Él más de lo que queremos admitir. En efecto, se nos hace difícil con todas estas fallas estar bajo la perfecta voluntad del Creador. ¿No lo crees? Por esta razón libremente declaro que Yahshua (Jesús) es intensamente humildad e igual de amoroso porque nos ama tal como somos, y le ha complacido someter Su propio dominio baja la perfecta voluntad del Padre Celestial por causa de nuestra salvación y a la misma vez, mostrarnos Su perfecto ejemplo de total sumisión. 

Él quiere que caminemos en el Fruto del Espíritu (en el Fruto del Amor; en el Fruto e evidencia y manifestación de las cualidades del Padre Celestial y del Mesías nuestro Salvador) y que se manifieste entre las hermanas, tal como Él lo manifestó y todavía continúa manifestándolo en Su trato hacia nosotras. Él quiere ver la evidencia de Su Fruto en ti y en mí. (Gálatas 5:22-23). Él nos dice que seamos como Él–Él es nuestro ejemplo en cómo tratarnos con respeto, con dignidad, y con prudencia.
22 "En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas." (Gálatas 5:22-23 NVI)
Yahshua (Jesús) nos habla claramente y nos dice en Su Hermosa Palabra lo siguiente: 
  • 28 "Vengan a mí (Yahshua, Jesús) todos ustedes que están cansados y agobiados (apenados, amargados, cansados, rendidos, fatigados, agotados, consumidos, molestados, hastiados, aburridos, oprimidos, humillados, confundidos, sufridos), y yo les daré descanso (respiro, pausa, alivio, interrupción, ánimo, reposo, tranquilidad, calma, quietud, despreocupación, apoyo, resfrescarse, fundamento, recuesto, desahogarse, aliviarse, auxilio). 29 Carguen con mi yugo (madero, dominio, imperio, mando, autoridad, señorío, poderío, soberanía, sujecíon, servidumbre, obligacíon, ley, sumisión, obediencia, disciplinay aprendan de mí, pues yo soy apacible (tranquilo, manso) y humilde (obediente, disciplinado) de corazón, y encontrarán descanso para su alma. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana." (Mateo 11:28-30 NVI)
  • 44 "Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre (Padre Celestial) que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. 45 En los profetas está escrito: “A todos los instruirá el Altisimo (Dios).” En efecto, todo el que escucha al Padre (Padre Celestial) y aprende de él, viene a mí. 46 Al Padre nadie lo ha visto, excepto el que viene de Padre Celestial (Dios); sólo él (Yahshua, Jesús) ha visto al Padre (Padre Celestial)." (Juan 6:44-46 NVI)
De la misma manera, si no sabemos qué hacer con la información o la revelación o el entendimiento revelado, oremos en secreto para alcanzar Su voluntad—el entendimiento. Usemos la cortesía y respeto y sobre todo, el amor por el sufrimiento de la hermana porque el alma sufre cuando hay pecado que impide el crecimiento, la madures, e la intimidad espiritual y la victoria. Incluso, el alma sufre cuando está muy herida, confundida y batida aun todavía confiando en sus oraciones llenas de angustia, llantos y esperanza—con fe—en el único que la entiende y realmente la conoce íntimamente.  
IDENTIFÍQUESE CON ESTE PENSAMIENTO


 “Él no me ha despreciado a mí, una pecadora, sin embargo, me ha perdonado y yo no puedo menos despreciar a mi hermana, la cual es parte de mi propio cuerpo; porque somos perdonadas, amadas y útiles en el Cuerpo del Mesías, y ella es igual de especial para Él como yo también lo soy.” 



Para concluir, el Don o el Fruto de nuestra verdadera evidencia de ser hijas del Padre Celestial y parte del Cuerpo de Yahshua, el Mesías, es contemplado en una novia prudente (madura, sensata, sabia, razonable, equilibrada, moderada, discreta, reservada, silenciosa, precavida) la cual está preparándose para su boda. Diariamente ella se mantiene laborando hasta transformar su vestido en una elegante y adecuada vestimenta de novia para la boda—y a la vista de todos—para  el encuentro con su novio, el cual se fue a una ciudad muy lejana para preparar su casa matrimonial. Él la ama aunque este lejos y no sabe cuándo va a regresar porque la quiere sorprender, y por igual, a los que no aceptaron la invitación para la boda, con una rica y espléndida entrada. Él le escribe cartas de amor, con alegría, con esperanza, con palabras llenas de dulzura, de sabiduría y con estrategias en cómo organizarse y prepararse para su encuentro, y hasta conociéndose más y más por las mismas cartas. Él, amorosamente, la instruye con Su amor y ella permite las instrucciones porque reconoce que Él es un hombre muy sabio, muy entendido y ella reconoce hasta dónde llega su propia capacidad y entiende e igualmente ha comprendido que Él ha comenzado a cuidarla como esposa desde el noviazgo. ¡Este es nuestro Novio, nuestro Salvador, nuestra Esperanza! Somos sabias en reconocer que Él nos está preparando para ese encuentro maravilloso el cual por seguro no nos queremos perder.

¿Pues, si nuestro Amado nos ama inmensamente y nos instruye cuidadosamente, que puede estar impidiendo las bendiciones que estamos esperado y constantemente mantenemos en oración? Leamos la historia de una gran mujer muy ejemplar en la Palabra. Esta mujer se llama Abigaíl, la esposa de Nabal. Dejame contarte esta historia la cual vas a entender la estrategia de una guerrera sabia. Posiblemente conoces o has leído y hasta entendió la prudencia, o sea, el discernimiento, la sumisión, la precaución, el equilibrio, y la tranquilidad de Abigaíl. Si ya sabes, entonces solo será para traerte a la memoria una estrategia que las soldadas del Todopoderoso utilizan en la batalla para ganar ventaja en lo espiritual para que se manifieste en lo terrenal.
Lea 1 SAMUEL 25 Antes de Continuar
Abigaíl se inclinó hasta el suelo en señal de respeto y se echó a los pies de David y le pidió perdón por su esposo el cual era “estúpido (necio, vacío, ignorante, pesado, presumido, vanidoso, jactancioso, vano), grosero (incorrecto, malcriado, insolente, irrespetuoso, ofensivo, lenguaraz-murmurador, mal enseñado), rudo (duro, áspero, difícil, violento), y siempre actuaba con estupidez (ingenuidad, vanagloria). Aunque Abigaíl no vio cómo su esposo actuó ni oyó lo que dijo, ella se humillo porque ya conocía el carácter de su esposo y pidió clemencia y misericordia (perdón-olvido del mal hecho por él) por su hogar hasta recibirla.

Lo que quiero decir con esta historia llena de esperanza y misericordia es que Abigaíl sabiamente utilizó la llave del entendimiento, de la sabiduría, de la humildad y tomo acción para abrir la puerta de misericordia hasta recibir el perdón, la vida, y fue redimida por David, como Rut la Moabita, cuando enviudo. Un bello ejemplo de la redención del Mesías

A veces las bendiciones no vienen porque no hemos perdonado o no hemos pedido perdón por los que no pueden, o por los que simplemente no quieren, o no entienden, o no tienen el conocimiento de que han hecho algún mal. (También por otras razones.) Yahshua (Jesús) dijo cuando estaba sacrificado en el madero que el Padre Celestial “nos” perdonara porque no sabemos lo que hacemos mal. (En mis palabras.)

Pienso que te estas preguntando, porque te digo esto y te diré con mucho respeto. Yo aprendí de la experiencia de Abigaíl tal como tu; de la importancia de ir delante del Padre a los pies del Mesías pidiendo clemencia (piedad, misericordia, compasión, tolerancia, gracia, y perdón-olvido de todo mal hecho contra el Padre y contra sí misma y contra el prójimo) por mi esposo, hijos, padres, y personas que me han hecho daño, hasta por las personas que están siendo usadas, actualmente, por el enemigo para mortificar (afligir, atormentar) hasta destruir mi vida-el gozo y paz de mi salvación. Pienso que también lo has hecho, pero a veces nos encontramos en nuevas pruebas purificadoras y nuestro Eterno nos muestra que activemos el perdón/olvido de la enseñanza de Abigaíl en la nueva situación. Tenemos que aprender hasta consumirnos en la sabiduría de Lucas 6:37:
“No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados.” (NVI)
La clave o la llave es el olvido sin memoria alguna del mal, que se encuentra en el perdón para alcanzar el amor.

Repacemos los sinónimos del perdón: clemencia, compasión, misericordia, caridad, piedad, tolerancia, compresión, generosidad, absolución, amnistía, remisión, olvido, relevación, jubileo, gracia, exención. Los antónimos del perdón: represalia, venganza, condena, castigo, intolerancia, impiedad, inclemencia.
"Donde se encuentra el fruto de la manifestación del amor hay perdón y donde hay perdón, hay olvido del mal." 
También miremos los siguiente versos:
"En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia." (Efesios 1:7 NVI)
 "22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, *fidelidad, 23 humildad y dominio propio." (Gálatas 5:22-24 NVI)
"Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente (hondamente, intensamente, extremadamente), porque el amor cubre multitud de pecados." (1 Pedro 4:8 NVI)


SHALOM

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